Entre el conjunto de valores, normas y creencias que conforman el basamento de la interacción de los miembros de una organización, encontramos los elementos simbólicos, que no son más que aquellos elementos capaces de ser contextualizados en la cotidianidad laboral de las personas, imprimiéndole sentido a su jornada. Por ende, tales mecanismos tienen la capacidad de reforzar los valores propios de toda organización y guiar de una forma peculiar la toma de decisiones trascendentales para su futuro.
Tal como lo señala el investigador mexicano Horacio Rodríguez de San Miguel, estos elementos han de repercutir en el plano racional y lógico de los actores de toda organización, especialmente en sus hábitos, costumbres y su motivación hacia el trabajo.
Algunos elementos simbólicos que forman parte de las organizaciones son:
- La misión, visión, valores, creencias y principios institucionales que reflejan lo que la organización es en el presente y será en un futuro a corto, mediano y largo plazo.
- Aquellos dispositivos de identificación visual y corporativa, como lo son colores, logotipo, uniformes, iconografía, mobiliario y el resto de los elementos gráficos de toda organización
- La historia y las celebraciones que realiza la organización, para rememorar fechas de importancia.
- El slogan, que actúa como el factor de seducción a nuevas audiencias y los incorpora a sus actores de la cotidianidad.
La administración de tales recursos simbólicos la debe llevar una persona que sea capaz de fomentar o dirigir políticas y proyectos comunicacionales a fin de realzar esos parámetros internos y contextualizarlos a la exteriorización de los mensajes a públicos metas. Es importante destacar que deben establecerse las limitaciones y basamentos capaces de dirigir las acciones del desenvolvimiento diario de la organización, pudiendo implementar nuevas técnicas y estrategias que permitan la retroalimentación y evaluación constante de sus actividades.
La administración de estos recursos simbólicos debe ser realizada de forma óptima y eficaz, permitiendo ser aprovechados al máximo y conduciendo a la ejecución de actividades que realcen su connotación dentro las organizaciones que forman parte de la competencia en la oferta de bienes y servicios de determinadas áreas comerciales de la sociedad.
La eficacia de la administración de los recursos simbólicos dependerá del grado de vinculación e interiorización del encargado de dirigirlas, ya que todos estos elementos son capaces de representar lo interno de la organización, así como los actores que participan en su diarismo y no tienen mayor connotación ante los agentes externos.
Básicamente no existen soluciones universales que permitan la más sustentable administración de los elementos de una organización, es por ello que los lineamientos de conducción tanto a nivel gerencial y comunicacional son originados tras evaluar la realidad organizacional, lo que permite el planteamiento de nuevas estrategias que ofrezcan la más sencilla incorporación de nuevos sujetos.
(*) cursantes del 9no. período de Comunicación Social, mención organizacional, en la Universidad Católica Santa Rosa (UCSAR)
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