Por Katherine Carrero *
Una conocida fábula de procedencia anónima cuenta que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea. Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos". La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron aquél metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
El trabajo en equipo es sin duda alguna una herramienta clave y de suma importancia para lograr el éxito dentro de una organización; reconocer tus habilidades y las de tus compañeros, manejar una comunicación efectiva y sentirte realmente comprometidos en alcanzar de manera conjunta los objetivos y las metas de una empresa, es la pieza fundamental para el buen desarrollo y mejor productividad de la misma.
Al igual que un majestuoso árbol, (que antes de serlo ha tenido que pasar por varias etapas: plantación, crecimiento, madurez e incluso fuertes periodos de lluvia y de sequía, hasta dar hermosos frutos); así sucede a la hora de hablar del trabajo en equipo; detrás de él hay una serie de conductas fundamentales, que probablemente han tenido que pasar por procesos similares a los del árbol y se han ido mejorando y puesto en práctica a través del tiempo: confianza, seguridad, compromiso, responsabilidades compartidas y comunicación efectiva, son tan sólo unas de las características que si bien es cierto, no se obtienen de un día para otro, son muy valiosas para lograr tener un excelente equipo de trabajo.
¿Alguna vez has sentido que al trabajar con otros el esfuerzo se vuelve menos pesado, e incluso te sientes motivado a dar lo mejor de ti?, si la respuesta es afirmativa, seguramente te encuentras rodeado de un grandioso equipo de trabajo.
Recuerda siempre tomar en cuenta las opiniones de quienes te rodean, y aportar ideas que te permitan alcanzar objetivos comunes, así como las herramientas descubrieron que más allá de sus defectos, eran necesarias al usarlas en conjunto, debes descubrir que tu trabajo y el de todos, es indispensable para potenciar la imagen corporativa de la empresa en la que laboras.
Todos estos, son sólo algunos de los pasos que debes emprender si aspiras recorrer un camino que te lleve a obtener resultados satisfactorios, dentro del entorno organizacional en el que te desenvuelves.
* Cursante del 10mo. período
Comunicación Social, Mención Organizacional
Universidad Católica Santa Rosa
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido! Y, además, se pasaba todo el tiempo golpeando. El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo. Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la expulsión de la lija. Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones con los demás. Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo. Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente, la tosca madera inicial se convirtió en un lindo juego de ajedrez.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación. Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo: "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos". La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y limar asperezas y observaron aquél metro era preciso y exacto. Se sintieron entonces un equipo capaz de producir y hacer cosas de calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar juntos.
El trabajo en equipo es sin duda alguna una herramienta clave y de suma importancia para lograr el éxito dentro de una organización; reconocer tus habilidades y las de tus compañeros, manejar una comunicación efectiva y sentirte realmente comprometidos en alcanzar de manera conjunta los objetivos y las metas de una empresa, es la pieza fundamental para el buen desarrollo y mejor productividad de la misma.
Al igual que un majestuoso árbol, (que antes de serlo ha tenido que pasar por varias etapas: plantación, crecimiento, madurez e incluso fuertes periodos de lluvia y de sequía, hasta dar hermosos frutos); así sucede a la hora de hablar del trabajo en equipo; detrás de él hay una serie de conductas fundamentales, que probablemente han tenido que pasar por procesos similares a los del árbol y se han ido mejorando y puesto en práctica a través del tiempo: confianza, seguridad, compromiso, responsabilidades compartidas y comunicación efectiva, son tan sólo unas de las características que si bien es cierto, no se obtienen de un día para otro, son muy valiosas para lograr tener un excelente equipo de trabajo.
¿Alguna vez has sentido que al trabajar con otros el esfuerzo se vuelve menos pesado, e incluso te sientes motivado a dar lo mejor de ti?, si la respuesta es afirmativa, seguramente te encuentras rodeado de un grandioso equipo de trabajo.
Recuerda siempre tomar en cuenta las opiniones de quienes te rodean, y aportar ideas que te permitan alcanzar objetivos comunes, así como las herramientas descubrieron que más allá de sus defectos, eran necesarias al usarlas en conjunto, debes descubrir que tu trabajo y el de todos, es indispensable para potenciar la imagen corporativa de la empresa en la que laboras.
Todos estos, son sólo algunos de los pasos que debes emprender si aspiras recorrer un camino que te lleve a obtener resultados satisfactorios, dentro del entorno organizacional en el que te desenvuelves.
* Cursante del 10mo. período
Comunicación Social, Mención Organizacional
Universidad Católica Santa Rosa
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